cuentos para llegar, leer en un minuto y largarse... te queda la vida para pensar y crear el tuyo.

*todos los cuentos son originales del autor del blog, y tienen derechos de autor.

viernes, 23 de octubre de 2009

experimento urbano

* Este es otro ejercicio de narrativa forzada.

Caminando lentamente por el pasillo, un sujeto bajo y rechoncho se encuentra súbitamente con un canoso doctor, que muestra cara de haber pasado mala noche.
- ¡Mi estimado amigo, que bueno encontrarlo, justo me dirigía donde usted para comentarle sobre un experimento urbano, a ver si le encuentra cierta lógica, con su conocimiento de sociología! - dice el sujeto bajo, con una voz chillona y salpicando pequeñas gotitas de saliva.
-Mmm, vamos a ver que me trae ahora- susurra con voz cansada el hombre canoso, que se puede deducir es algún tipo de investigador o científico.
- Bueno, le contaré entonces:
Salgo a la parte céntrica de la ciudad, y al azar tomo un bus de transporte público. Me ubico en una de las filas del fondo, desde donde puedo ver todo lo que pasa dentro del medio de transporte. Un requisito es que el vehículo esté medianamente lleno, con una cantidad adecuada de pasajeros, nadie de pie para que no puedan limitar mi campo visual.
-Ajá...
- Entonces espero...
-Mmm.
El rechoncho, con los ojos muy abiertos dibujaba una amplia sonrisa, muy satisfecho de lo que había contado.
- ¡Que espera hombre, siga con el relato que no tengo todo el día!
- Bueno, bueno.. no se desespere, ya sigo. Espero. Espero que se suba un vendedor ambulante, de los que dan su lata esperando que alguien les apoye.
Sabe Doctor, es algo muy curioso, esto de los vendedores. Unos esperan que les compren sus cosas apelando a la compasión de la gente que en teoría está mejor que ellos; En cambio otros se agarran del miedo que pueden inspirar al decir al público consumidor, que él -el vendedor- prefiere estar haciendo algo legal, como vender caramelos en los medios de transporte en lugar de estar en la calle esperando a arrebatarles las pertenencias a los transeuntes. Generalmente los de este segundo grupo son tipos que inspiran desconfianza, por lo que la gente prefiere comprarles algo antes que verselas cara a cara en la calle.
Lo que me parece extraño, es que casi todos usan las mismas palabras, frases y tono, por lo que se podría pensar que trabajan en la misma compañia. ¿Se da cuenta usted?
El canoso doctor, un poco interesado ya en el tema solo asiente, aunque nunca en su vida se ha subido a un transporte público masivo.
- Bueno, ahora viene la parte más interesante: el vendedor empieza a repartir sus caramelos o lo que sea que venda, y yo, que he observado atentamente toda la situación, cuento cuantas personas reciben el producto, que de acuerdo a las palabrasa del vendedor, aceptar no es obligación de compra, - si no lo quiere me lo devuelve- dicen.
Cuando llega donde estoy, lo llamo y le digo que le pago el total de los artículos entregados, si él dice al público, que lo que acaban de recibir es un regalo, para que lleven a su casa, a la familia o a quien sea, y que luego las personas que recibieron el regalo, hagan lo mismo a otras personas, como para empezar una cadena. ¿Me entiende?.
- Mmm ya empiezo a entender. Cuenteme como reacciona el vendedor.
- Unos me miran raro, cogen el dinero y se bajan diciendo - Les regalo los caramelos.
Otros se paran al frente y no saben que decir, incluso hay los que de regreso a la puerta del bus reciben el dinero de los caramelos entregados a algunas personas, aunque yo ya se los he pagado.
Y hasta ahora, nadie ha podido iniciar la cadena. ¿Se da cuenta?
Y la reaccion de la gente tambien es extraña. Si el vendedor se bajó sin decir nada, dejando los caramelos en las manos de la gente, ellos miran a todos lados, pero no directamente, sino con temor de que alguien se de cuenta que acaban de quedarse con el producto de un pobre vendedor.
Y nadie es capaz de decir algo o llamar al vendedor que se está bajando para decirle que olvidó sus caramelos.
¿Que le parece Doc?

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