cuentos para llegar, leer en un minuto y largarse... te queda la vida para pensar y crear el tuyo.

*todos los cuentos son originales del autor del blog, y tienen derechos de autor.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Y esta será la A.

El pequeño Hik sonreía con sus grandes dientes picados, mientras mantenía al pez en alto, con la punta de su rudimentaria lanza. El pez ensartado se sacudía fuertemente soltando una pequeña lluvia de gotitas, que en el fuerte sol formaba un pequeño arcoiris.
El padre del pequeño cazador, lo observaba desde la orilla con aprobación. Buen trabajo en su tarea de enseñanza.
Un poco más lejos, y bajo la sombra de un arbusto, se hallaba sentado otro hombre, con la cabeza baja, y sin la más mínima sonrisa en su peludo rostro.
No se sentía a gusto mirando el éxito del pequeño Hik al atrapar un pez.
Su propio hijo sería incapáz de tal hazaña, y no es que sea un inutil, no. Solo que se le daba un poco complicado eso de enseñarle tareas básicas para al supervivencia. A el mismo se le complicaba la mayoría de las veces conseguir alimento para la familia.
Y ahí siguió, sentado con una ramita de árbol, removiendo la tierra frente a sus pies, mientras pensaba por qué razón no le atraía cazar, pescar y salir de exporación como los demás miembros de la tribu. Podía pasar todo el día pensando, o dibujando esos raros simbolos en la tierra.
Hablando de eso, recordó que su hijo lo esperaba.
Caminó al otro lado del sendero, y mientras pasaba, vio en la entrada de la cueva al pequeñio Hik, que con su familia aprendía como destazar y preparar el pez que atrapó hace poco.
Luego de un momento, encontró a su hijo, que lo esperaba sentado sobre una roca. Se arrodilló junto a él, y con la ramita en su mano, dibujó un circulo con una raya en su costado. El niño, con la misma ramita, lo imitó perfectamente, dibujando el simbolo en la tierra, y luego una gran sonrisa, como la del pequeño Hik.
-Bien hecho! dijo el hombre en su rudimentario idioma. -A esta la llamaremos A.
Ahora hagamos otra.
Y se volvió a inclinar con su ramita hacia la tierra.