cuentos para llegar, leer en un minuto y largarse... te queda la vida para pensar y crear el tuyo.

*todos los cuentos son originales del autor del blog, y tienen derechos de autor.

martes, 18 de noviembre de 2008

encontré a dios así, de pasadita.

Siempre había pensado y sentido que dios no existe. Y lo sentía de veras. Me daba risa la humanidad que parecía necesitar de un dios al que ofrecer su vida y sus actos. Por miedo a lo que pueda haber detrás de la vida, pensaba.
No son como yo, que me basto y sobro para mi mismo. Mis actos y mis cuentas, me las rindo a mi mismo. Yo se lo que está bien y lo que está mal, no necesito un ser supremo que me lo haga saber. Soy autosuficiente.
Aunque claro, mis amigos, los creyentes, siempre estaban viviendo sus vidas, igual que yo, y los problemas les llegaban igual que a mi. Se quejaban y pedían ayuda a dios, ahí si, no como yo. Ellos los superaban, y estaban felices porque dios los ayudó.
Yo no.
Aunque siempre tuve mis dudas de estar equivocado.
Así viví. Yo viví por mí.
Perdí parte de mi vida, lo que quería, a mi esposa, a varios amigos, familia, conocidos.
Todo por mi mismo.
No por ni para dios.
Eso no le pasaba a la gente que me rodeaba. Ellos perdían cosas importantes, y pedían. Pedían, siempre pedían.
O daban gracias.
Al contrario yo mismo me encargaba de mis cosas, y no me pedía ni me agradecí nada.
Un día, ojeando un libro, encontré la respuesta, no en lo que leía, que va.
Desde dentro mío vino una sensación que, exista o no exista, tengo una necesidad de él. A veces más, a veces menos.
Ahora me siento mejor. No soluciono mis problemas sino que se los cargo a él.
Igual la solución llega, o no llega, pero ya no es problema mío.
Ya no hablo solo. Hablo con él. Escuche o no, igual hablo con él.
Quiero recuperar lo que perdí, pero ya no es mi problema, está en manos de él.
Ahora quiero creer.
Pero a veces no estoy tan seguro.
Ese soy yo.

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