cuentos para llegar, leer en un minuto y largarse... te queda la vida para pensar y crear el tuyo.

*todos los cuentos son originales del autor del blog, y tienen derechos de autor.

jueves, 18 de septiembre de 2008

cabeza de pollo*

El aire entraba rápidamente por la ventana entreabierta, mientras el verde y empolvado auto se iba acostumbrando al cambio de clima tan agradable que hay en los primeros kilómetros de las carreteas de la costa.
Lo vi acercarse como en cámara lenta, bueno, cámara lenta para ellos, para mi, visto desde la orilla de la carretera, todo pasó en un instante más rápido de lo que nunca hubiera podido imaginar.
Dicen que ese momento todo pasa por tu cabeza, toda tu vida, que a veces hasta tienes tiempo de arrepentirte de lo que has hecho mal. No fue ese mi caso.
Intentaba cruzar, o moverme un poco desde la orilla, creo un poco por el calor, un poco por no tener que hacer.
El vehiculo se acercaba silencioso (no lo culpo, así se acercan casi todas las cosas que pasan rápido). Cuando me di cuenta, ya era muy tarde. Regresé un poco hacia la orilla, pero el intrépido conductor, se abrió también hacia la orilla.
Dentro, lo pude ver desde otra perspectiva, la que te da ese momento intemporal en el que te das cuenta que de esa no pasas. Todos, o casi todos lo vieron a su manera: el risueño chofer, aun con la sonrisa del último cacho contado, ni siquiera se fijó en la maniobra evasiva que supuestamente hacía, al verme a 50 metros al frente suyo. La copiloto, solo abrió los ojos un poco más de lo normal, pensando que no va a pasar nada. El silencioso acompañante del lugar detrás del chofer, creo que pensó - cuidado.... y su vecina de asiento, creo la más impresionable del grupo, solo se tapó los ojos para no ver lo inevitable. El mayor de todos, concentrado en su libro, ni siquiera se dio cuenta que pasaba, siguió impávido en su lectura.
Sonó un sonido hueco y seco, y todos hicieron una mueca de asco, todos menos el concentrado en su lectura.
el olor empezó a invadir el ambiente, desde la parte baja del carro, un olor bastante curioso, para tratarse de olor a muerte, mas bien parecía olor de campo mezclado con animales hervidos. Un olor característico diría alguien entendido.
Hubo silencio el minuto siguiente.
Nadie se atrevía a decir nada, y el vehículo siguió su camino, un poco más lento, pero constante.
El primer comentario - Lo matamos....
El resto del viaje cada uno, internamente analizaba cual era su parte de culpa y lo que pudo haber hecho para evitar el accidente. No servía de nada, ya nada se pudo hacer, la línea del tiempo va solo en una dirección.
A los dos días, alivianado el sentimiento de culpa, pudieron soportar los chistes de rigor, p... suicida, jajaja, casi se nos escapa, jajaja!!
No sabían que yo aun lo escuchaba todo. Era ya parte del auto. Como en esa película vieja, Christine.
Me estaba empezando a apoderar del vehículo, bueno, ellos me quitaron mi cuerpo, literalmente, y ahora necesitaba uno.
Días después, en la revisión general el mecánico encontró mi cabeza de pollo en el radiador. La tiraron a la basura, por lo menos mi cuerpo tirado en la carretera tuvo un final más digno. Ahora nada me ata al auto verde.
Solo el recuerdo, y esos chistes pesados.


* Dedicado al pollo que atropellamos en la carretera cuenca guayas, y que nos dio horas de risa (y semanas de conciencia) con sádicos chistes de lo que pensaba el pollo para haberse cruzado en nuestro camino. =S

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