virtudes

En mi casa siempre me habían inculcado a cultivar virtudes que me sirvan cuando sea adulto.
La profesora de escuela, con las debidas recomendaciones de mis padres, ponía énfasis en lo mismo, y no solo conmigo sino con los otros 37 niños de mi aula.
- Todos deben cultivar las buenas virtudes, que los harán ciudadanos de provecho en el futuro-, decía con su voz cascada, tratando de darle mas experiencia de la que realmente tenía, pues no era una profesora tan vieja.
Es un dechado de virtudes, decían los padres en las reuniones, refiriéndose a la profesora; puntual, organizada, correcta, un ejemplo a seguir, en lo que a virtudes se refiere.
Así que se fue mi primer objetivo, las virtudes de la profe.
Bastante sencillo, luego de un tiempo probé el fruto de mi esfuerzo, tan dulce como la miel, y fui un chico organizado, correcto y puntual.
Con el tiempo mejoré mi método para cultivar las virtudes requeridas para ser un hombre de bien en este podrido mundo, y adquirí honor, rectitud, fuerza de carácter, todos de excelentes ejemplos, y como siempre dijo mi padre, así como de una buena semilla, se tiene buen fruto, del buen ejemplo se obtiene buen consejo.
Buena semilla, buen ejemplo, buena virtud.
A mi me funcionó.
Ahora quiero conseguir pureza, creo que es lo único que me falta....
Ya conozco quien es un buen ejemplo de eso, ya tengo una buena semilla elegida.
La miro pasar varias veces cuando regresa en la tarde, - es un dechado de pureza; dicen las mayores cuando la ven pasar.
Seguro que va a dar buen fruto.
Tengo cavada la fosa en el jardín, un buen espacio junto al árbol de la profe...
Espero que los frutos esta vez no sean amargos como los de la última vez, mi elección de perseverancia creo que no fue la más acertada. Pero seguro que saqué algo. Perseveraré.