Señor juez, no pude evitarlo.
Ya estaba en mi límite.
Siempre escuchaba lo mismo, la misma voz, el mismo discurso repetido miles y miles de veces.. en todo lado, no podía escapar...
Lo evitaba en un lado, y lo volvía a escuchar en otro.. en serio.. me cree?
me cambié de línea varias veces.. hice recorridos diferentes, y siempre era lo mismo...
no lo pude evitar.
ese día ni siquiera me fijé que cara tenía "la voz" esta vez..
Solo empecé a escuchar ..-pueh bien damitash y cabasheros.. agradesiendo la amabilidá del profesional del volante que mi´a permitido subir a eshta unidá...
y cerrando los ojos, disparé.
cuentos para llegar, leer en un minuto y largarse... te queda la vida para pensar y crear el tuyo.
*todos los cuentos son originales del autor del blog, y tienen derechos de autor.
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lunes, 10 de marzo de 2008
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