bola de pelo.

Se arrastró reptando por los últimos tramos de la asquerosa cañería, llena de desechos apestosos.
Salió y caminó solo con una idea fija en su mente: venganza.
Nadie la había tratado así, antes era admirada por todos, y luego, simplemente abandonada. Se sentía desechada, inútil, inservible.
Pero había regresado.
Lo había conseguido, con mucho esfuerzo, y estaba ahí otra vez, en el dormitorio donde la causante de su desgracia dormía plácidamente en la penumbra.
Caminó por la alfombra del dormitorio, dejando un pequeño rastro de los desechos que cubrían la cañería por donde se arrastro antes de emerger a la superficie.
Subió a la cabecera de la cama, y gritando BANZAAAII!!! se arrojó hacia la cabeza que la vio nacer